Entre los rasgos o características que suelen aducirse para establecer la condición o el grado de modernidad de una sociedad, según Salvador Giner se encuentran habitualmente los siguientes:
1- Desarrollo de las comunicaciones: la sociedad moderna está altamente comunicada entre todos sus puntos; en ella, el espacio social tiene un bajo nivel de correlación con el espacio geográfico; la circulación de bienes, personas e información es extremadamente rápida, lo cual implica una presencia inmediata del centro en la periferia. Sociedad moderna es, también, aquella en la cual hay medios técnicos de comunicación de masas: prensa, radio, televisión, cine, lelégrafo, teléfono, lélex, internet, etc.
2- Hedonismo, consumismo, secularización: el habitante de la sociedad moderna es característicamente individualista, adicto a los derechos, libertades y consumos personales; una cierta forma de hedonismo impregna su comportamiento. El principio de la "autorrealización" en un Contexto de relaciones competitivas tiende a convertirse en valor dominante. Por otra parte, este desarrollo individual aparece ligado al acceso abundante a bienes y servicios, bien por la vía del consumo privado, bien por la vía de los servicios públicos (considerando que el estado es responsable de determinadas parcelas del bienestar de los individuos). Ambos aspectos se conectan, finalmente, con una tendencia a la secularización de los valores, lo que no implica la desaparición de la cultura religiosa, sino sólo la pérdida del monopolio por parre de ésta.
3- Preponderancia de los grupos asociativos: sin desaparecer, las formas comunitarias de agrupación van perdiendo funciones y significado en la vida de los individuos. Así, por ejemplo, si bien la familia continúa siendo un ámbito primordial de relaciones humanas básicas, pierde importancia como espacio de la socialización (a favor de la escuela, los medios de comunicación, etc.) y como unidad económica. Las formas asociativas o secundarias de agrupación (profesional es, sindicales, ideo lógicas, políticas,etc.) pasan a ocupar un lugar preeminente. Los mecanismos de identificación emocional se desplazan a ámbitos más amplios, como la clase social o la nación.
4- Autoridad legalista y racionalidad burocrática: las formas políticas de la modernidad se caracterizan por la consolidación del Estado (homogeneización del poder sobre el conjunto del territorio), de la forma burocrática de administración del poder y de la referencia a la voluntad popular o nacional como principio de la legitimidad (con formas democráticas, populistas o dictatoriales).
5- Industrialización, urbanización: característica de la sociedad moderna es la preeminencia de las actividades económicas de industria y servicios frente a las del sector primario (agrícolas y extractivas). De hecho, uno de los indicadores más utilizados para describir los procesos de modernización es la evolución sectorial de la población activa. Asimismo, suele considerarse que el proceso de industrialización comporta la concentración de la población en ciudades y, también, la configuración de estructuras sociales y formas de estratificación complejas, basadas en una sofisticada división del trabajo. Ligado a esta dimensión de la modernidad estaría un crecimiento económico sostenido, con una elevada producción por habitante a causa de la innovación tecnológica y de la racionalización.
6- Institucionalización del conflicto y de los cambios en la estructura: los diversos grupos de intereses son reconocidos e institucionalizados. se establecen normas para dirimir los conflictos y mecanismos de arbitraje y conciliación; el estado asume funciones de mediación entre los diversos agentes económicos y sociales. Los procesos de reproducción de las estructuras según atribuciones heredadas (élites cerradas, clases altas poco permeables, sistemas educativos muy poco abiertos a estudiantes de extracción popular) van dando paso a procesos basados en el logro, con estructuras de estratificación más abiertas.
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