lunes, 13 de octubre de 2008
¿Libertad individual versus peso del Estado?
Todos queremos por un lado un mayor grado de libertad individual y por el otro menos gobierno. Pero una amplia serie de grupos de interés (en muchas ocasiones en conflicto), de entre los cuales a buen seguro podríamos cada uno de nosotros ser adscrito a alguno, quieren también una mejor planificación económica, un mayor grado de protección social y un estado del bienestar más desarrollado, mejores precios para los agricultores, proteccionismo frente a la competencia extranjera, menor delincuencia, conservación del medioambiente, etc.
La suma total de todas las demandas de los grupos de interés equivale a un gobierno más poderoso y a una mayor regulación burocrática. Debemos reconocer que los muchos problemas que plantean las sociedades grandes y complejas como las nuestras requieren medios para ejercer una acción correctora, no hay más que mirar hacia el ejemplo de la actual crisis financiera global, esto conduce, invariablemente, hacia una mayor burocracia y hacia un mayor peso del sector estatal en el conjunto de la economía.
¿CÓMO CONJUGAR EL MAYOR GRADO POSIBLE DE LIBERTAD INDIVIDUAL CON UN ESTADO lo suficientemente vigoroso, especialmente en estos tiempos, como para poder ejercer el poder regulador y normativo necesario para preservar los intereses del común de la ciudadanía?
Evidentemente la respuesta se puede elaborar a partir del encuadre de la realidad político-social-económica desde diversos marcos aunque, desde mi punto de vista, la solución pasa necesariamente por una mayor implicación directa de la ciudadanía independiente en el ejercicio de la actividad política. Todos podemos comprobar cómo el ejercicio de la actividad política y el control de los resortes del sector público se han visto controlados en las democracias occidentales, de facto, por un élite partitocrática que a través de sus redes clientelares ha puesto, alternativamente, la maquinaria del Estado al servicio de unos determinados intereses partidistas, de determinado grupo de interés o incluso de particulares.
Seguramente, en estos momentos y por un par de décadas al menos, necesitemos más Estado pero, a cambio de ello, éste ha de ser mucho más plural, abierto, participativo y democrático.
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