miércoles, 30 de septiembre de 2009

El golpe de estado de la corrupción organizada en Mallorca



En estos últimos días, los ciudadanos medianamente informados e instruidos gracias a muchos desvelos sobre la realidad política en Baleares, hemos asistido entre asqueados, hastiados, avergonzados, vejados, humillados, ultrajados, afrentados y agraviados al nauseabundo, repugnante, inmundo y repulsivo espectáculo representado por la rama política de la organización clientelar UM en el Consell Insular de Mallorca.

Tal y como mi buen amigo Miguel Carrasco ha dicho en otro lugar, la ruptura del pacto por parte de UM es un golpe de estado perpetrado contra la voluntad política de persecución y desmantelamiento de las redes de corrupción que saquean el erario y depredan, a todos los niveles, el patrimonio y el capital de la ciudadanía.

El momento elegido para consumar el “putsch caciquil” por el ala política que representa al movimiento ideológico de la diestro-corrupción en Mallorca no es ni mucho menos casual. Se ha realizado, por resumirlo muy brevemente, aprovechando por un lado la tesitura de la nueva cúpula de la Partida Popular balear de ideología indefinida y flexible, dependiendo de la conveniencia económica de la causa,  pero con una marcada inclinación transaccional, y corte, estilo y talante sicilianos adaptados a nuestras latitudes, abierta de brazos y piernas a nuevos y rentables pactos que  les permitan, de nuevo, meter la mano, el brazo y la pala en el erario para recuperar el tiempo perdido y convertir otra vez las instituciones mallorquinas en las cuevas de Alí Babá con sus innumerables ladrones.
Por otro lado, se ha aprovechado el momento de más baja forma, por diversos motivos, del PSOE para evitar que pase por las cabezas de la izquierda la convocatoria de unas elecciones anticipadas susceptibles de dar la mayoría absoluta a la coalición progresista sin necesidad de tener que comprar los apoyos de la bisagra del toma y daca al mejor postor.

Y ahora llega el momento de la reflexión, la entereza, el valor, el trabajo y el entusiasmo para tomar las decisiones adecuadas y ejecutarlas.

Tal vez, la medida más acertada para los partidos de izquierda sea la de la total y absoluta transparencia y, desde un ejemplar, honorable y cabal ejercicio de responsabilidad, convocar elecciones anticipadas explicando a los cuatro vientos, con toda la maquinaria operativa, sin complejos y con todo lujo de detalles, a la ciudadanía las maniobras y chantajes con los que la trama golpista ha querido secuestrar la democracia en nuestra tierra haciendo imposible  la necesaria estabilidad de las principales instituciones de nuestra comunidad.

Considero necesario aprovechar el momento en el que tanto la Partida Popular como la organización clientelar UM están debilitadas por los sangrantes e innumerables escándalos de corrupción y tráfico de influencias y lanzar el envite definitivo.
Si se deja pasar el tiempo y se juega en el campo de las redes clientelares que es el de la transacción, los dimes y diretes  y el pacto secretillo pero a voces para mantener con pinzas el tinglado de un gobierno apuntalado por sus principales enemigos en espera de asaltarlo cuando el botín sea más sustancioso y fácil de gestionar, la izquierda no hará sino dar cancha y ventaja a los corruptos en un terreno donde son especialistas a fuer de sin escrúpulos ni objetivos más allá de la inmanencia del dinero y el poder por y para sí mismos.

Tal vez la izquierda pueda beneficiarse de la energía negativa del ataque contrario para revertirla contra el ofensor y derribarle haciendo presa definitiva.
Quizás  sea éste el momento del “ahora o nunca” para conseguir una mayoría absoluta progresista  en Baleares aprovechando que el adversario ha planteado un escenario en el que la opción que menos posible considera, unas elecciones anticipadas, es precisamente la que más daño y sorpresa podría provocarles.

Sin lucha y riesgo no hay ni gloria, ni honra perdurable, ni, seguramente, virtud y, además, en todo caso, siempre es mejor una derrota honorable y democrática de la que se salga reforzado que unas victorias siempre circunstanciales y provisionales que desgastan la imagen, corroen los ánimos y carcomen el espíritu.

EN CUALQUIER CASO Y SIEMPRE, QUE DECIDAN LOS CIUDADANOS A LOS QUE SE DEBE HACER LLEGAR VERAZ Y PROACTIVAMENTE LA INFORMACIÓN.

martes, 29 de septiembre de 2009

IDEOLOGÍA ¿BITÁCORA O ESTORBO?



En momentos en los que la ideología, por encima de la habitual degradación e instrumentalización de la misma como subterfugio y artificio para hipnotizar a los crédulos en periodo electoral, se convierte en un  acusador  estorbo para la toma de decisiones improvisadas, cortoplacistas  y contradictorias orientadas a malversadas concepciones de eficiencia y eficacia, es cuando resulta más necesaria su reivindicación y apología. Sirva este breve resumen como recordatorio de los motivos por los cuales el contenido ideológico, en el amplio y profundo sentido del término, debe formar e informar al debate y la acción en política.
La ideología política es el conjunto de ideas que, con mayor o menor coherencia, proporcionan fundamento y sentido a la acción política. Las ideas que conforman las ideologías hacen referencia a una determinada concepción de la naturaleza humana, de la sociedad, del estado y del cambio social y político. Y especialmente, a la manera en que han de relacionarse entre sí estas distintas esferas.

Podemos considerar que las funciones básicas de la ideología son: LA EXPLICATIVA, que sirve para describir un determinado escenario político así como las diversas posiciones y roles de los actores políticos representados en escena;  LA EVALUATIVA, que ofrece un diagnóstico y análisis del escenario; LA ORIENTATIVA, que sitúa a los actores políticos en el mismo; y la PROGRAMÁTICA que traza un programa de acción para actuar políticamente frente a ese escenario.

Cumpliendo las funciones anteriormente reseñadas, la ideología es una visión del mundo multinivel y multidisciplinar cuyos distintos enfoques convergen bajo el prisma del imperativo ético en un primer estadio y culminan con la coherencia científica y/o filosófica de toda la estructura de pensamiento y acción políticos.

De todos modos, seguirá habiendo profesionales de la política para los cuales la ideología resulta un estorbo poco conveniente cuando no puede utilizarse como cortina de humo tras la cual ocultar las miserias cotidianas de una concepción transaccional de la vida pública ajena al Interés General.
Mi compromiso, afición, vocación y, espero que arte seguirán siempre siendo pugnar activamente porque el número de estos especímenes descienda sensiblemente en nuestra “Res Pública” al tiempo que se incrementa la saturación de políticos proactivos e ideológica y moralmente comprometidos con la ciudadanía, mientras Dios, el Demiurgo, el Arquitecto o, como a mí me gusta llamarle, el Programador me de salud y entereza de ánimo como para divertirme con la batalla.



miércoles, 23 de septiembre de 2009

VALORES Y TIPOLOGÍAS DE LA CIUDADANÍA PROGRESISTA Según George Lakoff


A continuación realizaré un breve resumen sobre los valores comunes que, según George Lakoff (pasado por el tamiz de mi exégesis), en su libro “No pienses en un elefante”, comparte la ciudadanía progresista, unos en mayor medida que otros como se verá, en prácticamente todas las sociedades del globo. Aunque puedan parecer algo obvios y fundamentales, nunca está de más recordar cuáles son los principios y las “visiones” que deben orientar nuestras actuaciones en la continua vorágine de la cotidianeidad tendente siempre, con su furioso e impredecible ,en incontables ocasiones, oleaje a borrar los caminos que nuestros valores nos trazan.

Recordad que aquellos que caminan sin rumbo ni luz probablemente acaben tropezando o en el fondo de un precipicio y son precisamente los valores fundamentales los que, por demasiado obvios, son los primeros en ser asolados y olvidados por las circunstancias urgentes del día a día.

La izquierda siempre ha postulado que “El mundo puede ser un lugar mejor y nuestro trabajo es luchar por ello”. Ello implica empatía y responsabilidad. Para ello hay que trabajar muy duro de manera altruísta, ser muy competente y poseer una mentalidad abierta y una actitud de continua mejora y aprendizaje. Puede afirmarse que el resto de los más importantes valores de la izquierda provienen de los principios de empatía y responsabilidad.

Provisión de seguridad y protección, establecer las bases para una vida individual y colectiva plena y feliz. Es nuestra responsabilidad moral mostrar al resto de los seres humanos cómo ser felices y desear que otros lo sean.

OTROS VALORES FUNDAMENTALES para la izquierda SON

LA LIBERTAD Puede llegar a afirmase que sin libertad no existe el individuo. Sin el libre albedrío el homínido se convierte en una máquina guiada por leyes más o menos deterministas y es un muñeco en manos de aquellos que le controlan.

No es posible mucha libertad sin IGUALDAD DE OPORTUNIDADES Y PROSPERIDAD que permitan al ser humano disponer de mayor capacidad de libre elección. Se trata de hacer que el coste de sustitución entre libertad y supervivencia se reduzca al mínimo posible.

EQUIDAD. Las decisiones políticas deben tomarse en base a criterios de justicia social e individual.

COMUNICACIÓN ABIERTA, RETROALIMENTADA Y HONESTA. Si el resto de seres humanos nos importan y nos preocupamos por la evolución continua de la sociedad hacia un mayor bienestar material y espiritual es necesario contar con la participación de todos con el objeto de mejor comprender las distintas cosmovisiones a la vez que se enriquece el mapa de conceptos y enfoques a la hora de tomar una determinada decisión.

De este modo COOPERACIÓN, CONSTRUCCIÓN SOCIAL Y SERVICIO A LA COMUNIDAD Y AL INTERÉS GENERAL se convierten, a su vez en valores primigéneos para la izquierda.

CONFIANZA. Para obtener cooperación es necesaria la confianza y para conseguirla es necesaria una abierta y retroalimentada comunicación.

TIPOS DE PROGRESISTAS

Según Lakoff existen seis tipos básicos de progresistas cada uno de ellos con distintos modos de pensamiento. Comparten todos los valores progresistas en distinta medida pero se distinguen por ciertas diferencias:

PROGRESISTAS SOCIOECONÓMICOS. Piensan que todo se reduce a un tema de dinero y clase (en el sentido marxista) y todas las soluciones a los problemas son en última instancia, económicas y han de encontrarse a través del conflicto clase y la lucha social.

PROGRESISTAS REIVINDICATIVOS DE SU PARTICULAR IDENTIDAD POLÍTICA. Postulan que es la hora de que la voz de su “oprimido grupo” sea tenida en cuenta a la hora de tomar decisiones.

MEDIOAMBIENTALISTAS Piensan en términos de sostenibilidad de la tierra y del sistema socioeconómico. Consideran sagrada la protección de nuestro planeta y la de todas las etnias nativas.

DEFENSORES DE LAS LIBERTADES CIVILES Intentan mantener las libertades positivas de la ciudadanía contra las amenazas hacia la Libertad.

PROGRESISTAS ESPIRITUALES. Piensan que su experiencia espiritual ha de realizarse en conexión con otras personas y el mundo y su práctica espiritual ha de realizarse en servicio de la gente y de la comunidad. Se extienden por el espectro de todas las religiones

ANTIAUTORITARIOS Postulan que existen toda clase de formas ilegítimas de autoridad en el mundo y debemos luchar contra ellas, ya sean grandes corporaciones o sus marionetas en la política y en la sociedad.

Un gran problema es que muchos ciudadanos en cuyo pensamiento predomina alguno de los anteriores enfoques no se dan cuenta que el suyo es solamente un caso especial de algo más general y son incapaces de ver la unidad con las demás tipologías y suelen pensar que la suya es la única forma de ser progresista lo que impide, en muchas ocasiones, la unión efectiva de la llamada, demasiado general y simplificadoramente, izquierda.

Otro día, con más tiempo, hablaremos de cómo sortear esos peligros aunque la solución está precisamente en el desarrollo y plasmación de los principios anteriormente expuestos. REFLEXIONAD SOBRE ELLO…

sábado, 19 de septiembre de 2009

RAZONES PARA SENTIRME LEGÍTIMAMENTE NO REPRESENTADO POR CARLOS DELGADO Y LA PARTIDA POPULAR CALVIANERA


En “El concepto de representación” un trabajo clásico sobre el tema, la profesora emérita de teoría política en Berkeley Hanna Pitkin describe diferentes formas de entender la representación haciendo especial énfasis en que ninguna de ellas por sí sola puede dar cabida a la variedad de significados que encierra, siendo esta, más bien, concretada por una composición de dichas maneras de definirla. Según H. Pitkin se pueden identificar cinco grupos de concepciones de la representación:

1 – REPRESENTACIÓN COMO AUTORIZACIÓN. Perspectiva desde la cual, representar significa exclusivamente actuar en nombre de otra persona o entidad que ha autorizado al representante y que asume las consecuencias de esa actuación.

Desde este enfoque podríamos señalar, aunque soy consciente de la polémica que desataría esta afirmación en caso de que los militantes del PP tuviesen valor, argumentos, interés y aptitudes como para participar asidua y activamente en blogs y redes sociales, que ni Carlos Delgado ni la partida popular son mis representantes puesto que no los he votado, no actúan en mi nombre, no los respaldo ni moral ni racionalmente (si es que alguien considera todavía que moral y razón son cosas diferentes) y me niego, por tanto, a asumir las consecuencias de sus obras o de sus omisiones.

2 – REPRESENTACIÓN COMO RESPONSABILIDAD O RENDICIÓN DE CUENTAS. Perspectiva que equivaldría a ser responsable de los actos realizados en nombre de otro al que se deben rendir cuentas ante él y ante terceros.

Resulta evidente que nadie en el consistorio ha asumido ninguna responsabilidad, hasta el momento, por la continua incuria y apatía hacia el Bien Común y por la constante instrumentalización de la gestión municipal a favor de determinados intereses personales o clientelares. De rendir cuentas en el sentido de dar explicaciones sobre las diversas actuaciones o el fomento de la participación ciudadana en la elaboración de las decisiones ya ni hablemos.

3 - REPRESENTACION COMO CORRESPONDENCIA (REPRESENTACION DESCRIPTIVA). La representatividad nacería del hecho de compartir determinadas características entre representado y representante, lo que justifica que este actúe en nombre de aquel.

No comparto ninguna característica ni ideológica, ni política, ni ética, con Carlos Delgado salvo el hecho de estar empadronados en la misma comunidad autónoma (porque lo de residir en el municipio hace mucho que finalizó para él).

4 - REPRESENTACIÓN COMO IDENTIFICACION SIMBÓLICA. Se basa en una relación emocional entre el representante y el representado.

Huelga decir que el sujeto no provoca en mí ninguna simpatía ni por sus actuaciones ni por su contenido ideológico, aunque debo reconocer que es un interesante espécimen para estudiar, pero esto no conlleva componente emocional alguno.

5 - REPRESENTACIÓN COMO ACTUAR EN BENEFICIO DE OTRO (REPRESENTACIÓN SUSTANTIVA) Se definiría como actuar en beneficio O interés del representado de acuerdo con sus necesidades y demandas.

¿Cuándo ha actuado algún miembro de la partida popular en el consistorio guiado por los designios del Interés General? ¿Cuándo se han atendido las necesidades y demandas ciudadanas de mayor incumbencia?

Para concluir y en base a lo anteriormente expuesto creo que puedo argumentar con razones sólidas (que tal vez alguien desee discutir) mi siguiente afirmación:

Dado que el fuero le viene al alcaldito con ínfulas por su condición de representante de la ciudadanía y dado que esta representación es nula, en todas sus acepciones, por lo que a mí respecta, tal y como brevemente he señalado más arriba, puedo afirmar con toda razón, tranquilidad de conciencia y contundencia que ESTE SUJETO ES UN DESAFORADO.